Buena tarde, Dios les bendiga y María Santísima les alcance las gracias necesarias para vuestra Santidad.
Les dejo la dirección del libro APOSTOLADO DE REPARACIÓN; para que hagan las reparaciones; oren, mediten, y crezcan espiritualmente; descarguenlo, vívanlo y compartalo.
http://www.parroquia-santamaria.org/descargas/aposentos-oracion/ApostoladodeReparacion.pdf
SEA AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO, JESÚS EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO.
miércoles, 5 de febrero de 2014
domingo, 2 de febrero de 2014
Os llamo a uniros al Apostolado de Reparación
Noviembre 29/09 (3:20 p. m.)
inocentes. La humanidad está entrando en la más completa desolación, en el nivel más bajo de la degradación moral.
Hijitos míos: orad y reparad para que cese el pecado. Orad y reparad para que todos los hombres vuelvan a Dios.
Orad y reparad para que las leyes de Dios sean vividas. Orad y reparad para que las fuerzas del mal sean aniquiladas, para que todas las creaturas cierren las puertas a las seducciones del demonio.Orad y reparad porque muchas almas mueren en pecado mortal: almas que reciben el justo pago por sus malas acciones, por ser réprobos ante el Tribunal de la Justicia Divina.
El Apostolado de Reparación despertará vuestro espíritu adormilado, os unirá al Misterio de la Cruz.
El Apostolado de Reparación os hará almas selectas ante los ojos del Padre Eterno porque supisteis triunfar sobre el espíritu del mal.
El Apostolado de Reparación os incorpora a las filas del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes haciendo de vosotros soldados valerosos, guerreros invencibles.
El Apostolado de Reparación abarca diversos tópicos porque es mucha la variedad de pecados, es mucha la ignominia de los hombres.
El Apostolado de Reparación mengua un poco la ira de Dios, os prepara para soportar días terribles en el tiempo de la tribulación.
El Apostolado de Reparación ablanda el corazón de los pecadores más empedernidos, de los más alejados del camino del Señor.
El Apostolado de Reparación arrebata muchas almas de las garras de satanás, las lleva al arrepentimiento, a enmendar sus vidas.
El Apostolado de Reparación desata lluvias de bendiciones y de gracias; caen como susurro de brisa suave en el corazón árido y estéril de las almas que se hallan en pecado.
El Apostolado de Reparación acorta el tiempo, disminuye los sufrimientos por la gran prueba.
El Apostolado de Reparación despierta en el alma reparadora: anhelos de santidad, deseos de permanecer en el monte Gólgota sanando las llagas del adorable Cuerpo de Jesús, recogiendo la Sangre Preciosa que corre por sus heridas. Sangre Preciosa que embriaga de Amor Divino. Sangre Preciosa que purifica, libera.
El Apostolado de Reparación os hace mis hijos amados; hijos a los que arropo cariñosamente bajo la orla de mi Manto Celestial. Hijos a los que protejo celosamente de las asechanzas del enemigo.
El Apostolado de Reparación aviva en vosotros la espiritualidad, os consume en fervorosos deseos de ser buenos.
El Apostolado de Reparación transforma vuestra oración en himnos de Ángeles, renueva vuestra vida interior.
El Apostolado de Reparación os lleva al cumplimiento perfecto de vuestros deberes según vuestro estado de vida, porque vuestro único fin es desagraviar el Corazón Agonizante de Jesús. Corazón
que no es amado y adorado por todos los hombres.
Corazón cercenado de espinas por los pecados de la humanidad.
Corazón que pasa por el fuego de la ingratitud y de la deslealtad de muchos de mis hijos.
Corazón que dentro de poco triunfará, reinará en toda la tierra.
Corazón que pronto juzgará con misericordia pero también con justicia.
El alma reparadora hace diariamente los actos de reparación al Corazón Agonizante de Jesús.
El Apostolado de Reparación despierta en vuestro corazón un deseo de uniros al sufrimiento del Sacratísimo Corazón de Jesús mediante las horas nocturnas de reparación. Horas que alivianarán el peso de la cruz del Mártir del Gólgota. Horas que acelerarán el triunfo de nuestros Sagrados Corazones. Horas que os mantendrán como soldados activos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes.
Horas que llevarán a la conversión perfecta a muchísimas almas, porque vuestra oración subirá como incienso al Cielo. Horas que os dará, a vosotras almas reparadoras, perfección en la virtud. Horas
que habrán de recitarse en este tiempo de tribulación. Horas que servirán como voz de alerta para toda la humanidad, porque el mundo tendrá que volver al orden primero de la creación.
El Apostolado de Reparación mueve vuestro espíritu a reparar por las abominaciones que se cometen en contra del Corazón Eucarístico de Jesús. Los primeros jueves de mes sentiréis la necesidad de
visitar su Tabernáculo de Amor Divino, os presentaréis ante la Soberana Majestad, queriéndoos llevar su dolor, queriéndoos servir de medicina a su Corazón Agonizante.
El alma reparadora medita los primeros jueves de mes en los actos de reparación al Corazón Eucarístico de Jesús.
El Apostolado de Reparación promueve la gran devoción de los nueve primeros viernes porque ante tanto amor que Jesús prodiga a sus creaturas, recibe tan sólo ingratitudes y desprecios; comulgan
los primeros viernes de mes para reparar, en lo posible, las ofensas durante el mes en el Santísimo Sacramento; divulga la gran promesa de misericordia del Sagrado Corazón de Jesús que concede a
todos aquellos que comulguen los primeros viernes, nueve meses seguidos: la gracia de la penitencia final, no morirán en enemistad sin recibir los Sacramentos, el Divino Corazón será asilo seguro en
su hora postrera.
Las almas reparadoras meditarán los primeros viernes de mes en los excesos de Amor del Sagrado Corazón.
El Apostolado de Reparación promueve los cinco primeros sábados de mes. Hacen suya mi promesa de asistiros en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para vuestra salvación si el primer
sábado de cinco meses seguidos: se confiesan, comulgan y me hacen compañía meditando los misterios del Santo Rosario con la intensión de ofrecerme un acto de reparación. Las almas reparadoras meditarán los cinco primeros sábados de mes en los excesos de Amor del Inmaculado Corazón.
El Apostolado de Reparación acompaña a Jesús de las 10 a las 12 de la noche. Hora de terrible soledad en el huerto del Getsemaní.
Repara con su desvelo de amor por el adormilamiento de sus tres discípulos; noche en que exudó gotas de Sangre Preciosa por los pecados de la humanidad. Noche en que se preparó para morir en
la cruz, noche en que uno de sus discípulos le daría un beso traidor, lo vendería por 30 monedas.
Las almas reparadoras meditan en las noches de cada jueves en el aposento de reparación. Hora santa que os une a los padecimientos del Corazón sufriente de Jesús.
El Apostolado de Reparación promueve la reparación sacerdotal porque, éstos, mis hijos predilectos son el punto blanco de satanás.
Éstos, mis hijos predilectos, necesitan de vuestros sacrificios y oraciones para ser fortalecidos ante las seducciones del mal. La reparación sacerdotal es una urgencia en este final de los tiempos
porque muchas de estas almas privilegiadas caen en tentación y por ende en pecado; muchas de estas almas privilegiadas se encuentran en el abismo del infierno; almas que no supieron ser fieles al llamamiento, almas que no imitaron las virtudes del Divino Maestro.
Las almas reparadoras meditan el aposento de reparación sacerdotal; aposento que cuestiona a los sacerdotes a una vida de santidad; aposento que los sumerge en mi Inmaculado Corazón para
defenderlos del demonio. Aposento que les alerta del sufrimiento que les espera si no viven la Palabra de Dios, si no encarnan el Evangelio.
El Apostolado de Reparación promueve la meditación de los ocho dolores de mi Inmaculado Corazón porque sumo bien hace al alma que reflexiona en mi pasión, sumo bien hace al alma que todos los días sábados aplique bálsamo de alivio a mi Corazón Maternal.
Corazón de Madre que ama a todos sus hijos por igual. Corazón de Madre que intercede para que todas las almas se salven. Corazón de Madre que desea quemar el pecado de los hombres con la llama
de mi Amor Santo. Corazón de Madre que os quiere dar alimento sólido y leche espiritual para que permanezcáis sanos y robustos en la fe.
El Apostolado de Reparación cuenta con un Ejército selecto de almas víctimas; almas que se ofrecen como mártires de amor a la Justicia y Misericordia Divina; almas que son pequeños pararrayos
del Gran Pararrayos que es Jesucristo, Víctima Divina. Almas que permanecen en el monte Calvario reparando, con su sufrimiento e inmolación en la cruz, los pecados de toda la humanidad; almas
que minimizan la justa cólera del Padre Celestial. Almas que, con sus continuas penitencias y mortificaciones, son medio para que otras almas se salven. Los mártires del Amor Divino meditan en el manual de almas víctimas, manual que las lleva a una continua reparación y expiación de todas las faltas.
María Santísima dice:
Hijos míos: os llamo a uniros al Apostolado de Reparación porque es mucho el sufrimiento de los Sagrados Corazones Unidos, es mucha la ingratitud de los hombres para con Dios. Es una urgencia que el Apostolado de Reparación se extienda por el mundo entero, porque el humo de satanás se ha entrado en la Iglesia. La legalización del aborto en muchos países está cobrando la vida de muchas almasinocentes. La humanidad está entrando en la más completa desolación, en el nivel más bajo de la degradación moral.
Hijitos míos: orad y reparad para que cese el pecado. Orad y reparad para que todos los hombres vuelvan a Dios.
Orad y reparad para que las leyes de Dios sean vividas. Orad y reparad para que las fuerzas del mal sean aniquiladas, para que todas las creaturas cierren las puertas a las seducciones del demonio.Orad y reparad porque muchas almas mueren en pecado mortal: almas que reciben el justo pago por sus malas acciones, por ser réprobos ante el Tribunal de la Justicia Divina.
El Apostolado de Reparación despertará vuestro espíritu adormilado, os unirá al Misterio de la Cruz.
El Apostolado de Reparación os hará almas selectas ante los ojos del Padre Eterno porque supisteis triunfar sobre el espíritu del mal.
El Apostolado de Reparación os incorpora a las filas del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes haciendo de vosotros soldados valerosos, guerreros invencibles.
El Apostolado de Reparación abarca diversos tópicos porque es mucha la variedad de pecados, es mucha la ignominia de los hombres.
El Apostolado de Reparación mengua un poco la ira de Dios, os prepara para soportar días terribles en el tiempo de la tribulación.
El Apostolado de Reparación ablanda el corazón de los pecadores más empedernidos, de los más alejados del camino del Señor.
El Apostolado de Reparación arrebata muchas almas de las garras de satanás, las lleva al arrepentimiento, a enmendar sus vidas.
El Apostolado de Reparación desata lluvias de bendiciones y de gracias; caen como susurro de brisa suave en el corazón árido y estéril de las almas que se hallan en pecado.
El Apostolado de Reparación acorta el tiempo, disminuye los sufrimientos por la gran prueba.
El Apostolado de Reparación despierta en el alma reparadora: anhelos de santidad, deseos de permanecer en el monte Gólgota sanando las llagas del adorable Cuerpo de Jesús, recogiendo la Sangre Preciosa que corre por sus heridas. Sangre Preciosa que embriaga de Amor Divino. Sangre Preciosa que purifica, libera.
El Apostolado de Reparación os hace mis hijos amados; hijos a los que arropo cariñosamente bajo la orla de mi Manto Celestial. Hijos a los que protejo celosamente de las asechanzas del enemigo.
El Apostolado de Reparación aviva en vosotros la espiritualidad, os consume en fervorosos deseos de ser buenos.
El Apostolado de Reparación transforma vuestra oración en himnos de Ángeles, renueva vuestra vida interior.
El Apostolado de Reparación os lleva al cumplimiento perfecto de vuestros deberes según vuestro estado de vida, porque vuestro único fin es desagraviar el Corazón Agonizante de Jesús. Corazón
que no es amado y adorado por todos los hombres.
Corazón cercenado de espinas por los pecados de la humanidad.
Corazón que pasa por el fuego de la ingratitud y de la deslealtad de muchos de mis hijos.
Corazón que dentro de poco triunfará, reinará en toda la tierra.
Corazón que pronto juzgará con misericordia pero también con justicia.
El alma reparadora hace diariamente los actos de reparación al Corazón Agonizante de Jesús.
El Apostolado de Reparación despierta en vuestro corazón un deseo de uniros al sufrimiento del Sacratísimo Corazón de Jesús mediante las horas nocturnas de reparación. Horas que alivianarán el peso de la cruz del Mártir del Gólgota. Horas que acelerarán el triunfo de nuestros Sagrados Corazones. Horas que os mantendrán como soldados activos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes.
Horas que llevarán a la conversión perfecta a muchísimas almas, porque vuestra oración subirá como incienso al Cielo. Horas que os dará, a vosotras almas reparadoras, perfección en la virtud. Horas
que habrán de recitarse en este tiempo de tribulación. Horas que servirán como voz de alerta para toda la humanidad, porque el mundo tendrá que volver al orden primero de la creación.
El Apostolado de Reparación mueve vuestro espíritu a reparar por las abominaciones que se cometen en contra del Corazón Eucarístico de Jesús. Los primeros jueves de mes sentiréis la necesidad de
visitar su Tabernáculo de Amor Divino, os presentaréis ante la Soberana Majestad, queriéndoos llevar su dolor, queriéndoos servir de medicina a su Corazón Agonizante.
El alma reparadora medita los primeros jueves de mes en los actos de reparación al Corazón Eucarístico de Jesús.
El Apostolado de Reparación promueve la gran devoción de los nueve primeros viernes porque ante tanto amor que Jesús prodiga a sus creaturas, recibe tan sólo ingratitudes y desprecios; comulgan
los primeros viernes de mes para reparar, en lo posible, las ofensas durante el mes en el Santísimo Sacramento; divulga la gran promesa de misericordia del Sagrado Corazón de Jesús que concede a
todos aquellos que comulguen los primeros viernes, nueve meses seguidos: la gracia de la penitencia final, no morirán en enemistad sin recibir los Sacramentos, el Divino Corazón será asilo seguro en
su hora postrera.
Las almas reparadoras meditarán los primeros viernes de mes en los excesos de Amor del Sagrado Corazón.
El Apostolado de Reparación promueve los cinco primeros sábados de mes. Hacen suya mi promesa de asistiros en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para vuestra salvación si el primer
sábado de cinco meses seguidos: se confiesan, comulgan y me hacen compañía meditando los misterios del Santo Rosario con la intensión de ofrecerme un acto de reparación. Las almas reparadoras meditarán los cinco primeros sábados de mes en los excesos de Amor del Inmaculado Corazón.
El Apostolado de Reparación acompaña a Jesús de las 10 a las 12 de la noche. Hora de terrible soledad en el huerto del Getsemaní.
Repara con su desvelo de amor por el adormilamiento de sus tres discípulos; noche en que exudó gotas de Sangre Preciosa por los pecados de la humanidad. Noche en que se preparó para morir en
la cruz, noche en que uno de sus discípulos le daría un beso traidor, lo vendería por 30 monedas.
Las almas reparadoras meditan en las noches de cada jueves en el aposento de reparación. Hora santa que os une a los padecimientos del Corazón sufriente de Jesús.
El Apostolado de Reparación promueve la reparación sacerdotal porque, éstos, mis hijos predilectos son el punto blanco de satanás.
Éstos, mis hijos predilectos, necesitan de vuestros sacrificios y oraciones para ser fortalecidos ante las seducciones del mal. La reparación sacerdotal es una urgencia en este final de los tiempos
porque muchas de estas almas privilegiadas caen en tentación y por ende en pecado; muchas de estas almas privilegiadas se encuentran en el abismo del infierno; almas que no supieron ser fieles al llamamiento, almas que no imitaron las virtudes del Divino Maestro.
Las almas reparadoras meditan el aposento de reparación sacerdotal; aposento que cuestiona a los sacerdotes a una vida de santidad; aposento que los sumerge en mi Inmaculado Corazón para
defenderlos del demonio. Aposento que les alerta del sufrimiento que les espera si no viven la Palabra de Dios, si no encarnan el Evangelio.
El Apostolado de Reparación promueve la meditación de los ocho dolores de mi Inmaculado Corazón porque sumo bien hace al alma que reflexiona en mi pasión, sumo bien hace al alma que todos los días sábados aplique bálsamo de alivio a mi Corazón Maternal.
Corazón de Madre que ama a todos sus hijos por igual. Corazón de Madre que intercede para que todas las almas se salven. Corazón de Madre que desea quemar el pecado de los hombres con la llama
de mi Amor Santo. Corazón de Madre que os quiere dar alimento sólido y leche espiritual para que permanezcáis sanos y robustos en la fe.
El Apostolado de Reparación cuenta con un Ejército selecto de almas víctimas; almas que se ofrecen como mártires de amor a la Justicia y Misericordia Divina; almas que son pequeños pararrayos
del Gran Pararrayos que es Jesucristo, Víctima Divina. Almas que permanecen en el monte Calvario reparando, con su sufrimiento e inmolación en la cruz, los pecados de toda la humanidad; almas
que minimizan la justa cólera del Padre Celestial. Almas que, con sus continuas penitencias y mortificaciones, son medio para que otras almas se salven. Los mártires del Amor Divino meditan en el manual de almas víctimas, manual que las lleva a una continua reparación y expiación de todas las faltas.
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