jueves, 30 de enero de 2014

Sed apóstoles reparadores, decidme: sí

Octubre 8/09 (10:14 a. m.)

Jesús dice:

Hijos míos: no dudéis en decirme sí, sed apóstoles reparadores; permaneced de rodillas en el calvario del Sagrario llevando en vuestras manos y en vuestro corazón mi corona de espinas. Corona que produjo hinchazón y acerbísimos dolores.
Tomad la capa con la que me vistieron de rey.
Tomad la caña, caña que me entregaron por cetro.
Tomad la esponja, esponja empapada en vinagre para calmar mi sed.
Tomad mi lanza, lanza que perforó mis Sagrado Costado para evidenciar mi muerte, mi partida.
Tomad mis clavos; clavos que perforaron mis manos y mis pies, clavos que me hicieron desangrar.
Tomad mi Cruz y adoradla, reparad por los que reniegan del sufrimiento, de la enfermedad.
Tomad la soga con que amarraron mis manos como al peor de los criminales.
Tomad mi túnica, echada a suertes, y reparad porque, aún, vivo místicamente mi Pasión. Decidíos a ofrecer vuestra vida en reparación por los desprecios e ingratitudes que recibo de muchísimas almas. 
Amén

miércoles, 29 de enero de 2014

Os llamo a ser Apóstoles Reparadores de los Sagrados Corazones

Octubre 8/09 (9:20 a. m.)

Jesús dice:

Hijos míos: ya sabéis del sufrimiento que embriaga a los Sacratísimos Corazones Unidos y Traspasados. Unidos en un mismo amor y traspasados por un mismo dolor.
Os llamo a ser Apóstoles Reparadores de los Sagrados Corazones. 
Apóstoles que sabrán ser luz con su testimonio de vida.
Apóstoles asiduos a los Sacramentos.
Apóstoles interesados en dar gloria a mi Santo Nombre.
Apóstoles imitadores de nuestras adorables virtudes.
Apóstoles preocupados en reparar las ofensas, los ultrajes, los sacrilegios, las profanaciones que diariamente recibo en el Santísimo Sacramento del Altar.
Hijos míos: atended a mi llamado. Estáis en el tiempo del libertinaje sexual y de la inmoralidad; estáis en el tiempo de las tinieblas, de la oscuridad porque los hombres se han alejado del camino 
recto; los hombres se hallan inmersos en el lodazal del pecado; el ateísmo, el hedonismo está causando estragos en la vida espiritual de muchísimos de mis hijos; hijos que hieren nuestros Sagrados 
Corazones con su apatía e indolencia para recibir las gracias y las bendiciones de nuestro Amor Santo y Divino.Por lo tanto, hijos carísimos: iniciad un apostolado de reparación.
Apostolado que se extienda por muchísimos países. Apostolado que al unísono griten: ¡Inmolación. Reparación!
Apostolado que tendrá como fin: reparar por todos los pecados de la humanidad.
Apóstoles que tienen la primacía de menguar nuestro gran dolor, porque el Inmaculado Corazón de mi Madre y mi Sagrado Corazón no son amados en la inmensidad de nuestro amor para con vosotros.
El Apostolado de Reparación adelantará el triunfo del Inmaculado Corazón de María y el Reinado de mi Sagrado Corazón.
El Apostolado de Reparación os abrirá las puertas hacia la Nueva Jerusalén.
El Apostolado de Reparación llevará a cada uno de sus apóstoles a consumirse en un idilio de Amor Santo y Divino.
El Apostolado de Reparación es una urgencia porque mi copa reboza, porque muy pronto llegaré hacia vosotros bajo dos medidas: de misericordia y justicia.
El Apostolado de Reparación os hará como lámparas de Amor Santo y Divino. Lámparas que irradiarán con su luz propia, la oscuridad del mundo; mundo cubierto por las densas tinieblas del pecado.
El Apostolado de Reparación conducirá a sus apóstoles a una vida de santidad porque cada pecado será reparado a través de la oración y del sacrificio.
Hijos amados: cómo no recurrir a la generosidad de vuestros corazones. Cómo no pediros que seáis, vosotros, los pioneros de este gran Apostolado de Reparación.
Atended a uno de los últimos llamamientos que hago a toda la humanidad. No sea que lo posterguéis para el día de mañana, el día que queráis dar cumplimiento a mi petición, se os haga demasiado tarde.
Promoved el Apostolado de Reparación en los lugares donde mi Espíritu Divino os envíe, porque reparando por los pecados del mundo entero: reparáis por vuestros propios pecados y los pecados 
de vuestra familia.
Que vuestra vida sea actos sucesivos de reparación al Amor Santo y Divino.
Os amo y os bendigo, apóstoles reparadores de los Sacratísimos Corazones. Amén.

miércoles, 22 de enero de 2014

EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN II

Hola hermanos; confiando en que han estado leyendo juiciosos el primer libro -En las fuentes de Mi Divino Corazón I-; les comparto el segundo libro -En las fuentes de Mi Divino Corazón II; ¡POR FAVOR LEAN! Dios les bendiga 

http://aparicionesdejesusymaria.files.wordpress.com/2011/06/2_en-las-fuentes-de-mi-divino-corazon-ii-oct-nov-2007.pdf

martes, 21 de enero de 2014

EJERCITO VICTORIOSO DE LOS CORAZONES TRIUNFANTES

Esta página tiene varias de las oraciones y algunos de los libros dictados a Agustín del Divino Corazón, les invito a visitar la página y a leer los mensajes.

http://ejercitocorazonestriunfantes.atspace.cc/index.htm

Que pena con ustedes no se que pasa, pero tendrán que copiar el link y ponerlo en el buscador que tengan, pues el enlace no está directo.

Dios les bendiga infinitamente

lunes, 20 de enero de 2014

María, Maestra de los Apóstoles de los ultimos tiempos

¿Quien como Dios? Nadie como Dios

“…Os he dado un gran tesoro, un gran regalo divino: La Consagración a mi Inmaculado Corazón. Allí en la Consagración a mi Inmaculado Corazón os preparo como soldados valerosos, soldados guerreros de mi Ejército Victorioso para que podáis batallar contra el adversario, seguros que no experimentaréis la derrota. Atended a estos últimos llamamientos angustiosos porque la tierra pasará por una gran purificación (purificación por medio de una lluvia de fuego). Si os anuncio, si os prevengo de acontecimientos de gran magnitud para el mundo entero: os daré remedios, os daré elementos para que aprendáis a enfrentarlos, para que paséis por el fuego del sufrimiento, ilesos. Por ser el Remanente fiel de la Iglesia, recibiréis la marca de la Cruz en la frente y en la mano. Por ser el Remanente fiel de la Iglesia recibiréis la gran protección de San Miguel Arcángel. Él os cubrirá bajo su capa celestial y os defenderá con su espada divina. Por ser el Remanente fiel de la Iglesia, Jesús, mi Hijo Amado os cubrirá con su Sangre Preciosa. Sangre Preciosa que será coraza, armadura celestial para que satanás no os hiera con su aguijón ponzoñoso. Sangre Preciosa que os revestirá de una fuerza sobrenatural, de tal modo que no os dejaréis vencer, ni amilanar en este tiempo de tribulación y de justicia…”


Pronto Jesús instaurará su reino de gloria en la tierra 
 
María Santísima dice: 
 
Hijos míos: María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os está formando para que os preparéis para el segundo advenimiento de mi Hijo Jesús. Os he dado un gran tesoro, un gran regalo divino: La Consagración a mi Inmaculado Corazón. Allí os dí distintas lecciones de Amor Santo. Lecciones que os forman como mis discípulos aventajados en el Saber Celestial. Lecciones que corren las cortinas de vuestros ojos y os dejan ver lo que otros no pueden ver. Lecciones que destapan vuestros oídos a mi voz, a mis mensajes, a mis llamamientos Maternales en este tiempo final. Allí en la Consagración a mi Inmaculado Corazón os preparo como soldados valerosos, soldados guerreros de mi Ejército Victorioso para que podáis batallar contra el adversario, seguros que no experimentaréis la derrota. Soy la Capitana de este gran Ejército y a todos vosotros, hijos míos, os guardaré en el refugio seguro de mi Inmaculado Corazón.
 
Atended a estos últimos llamamientos angustiosos porque la tierra pasará por una gran purificación (purificación por medio de una lluvia de fuego), de tal modo que las puertas y compuertas de la Nueva Jerusalén se abran. 
 
Si os anuncio, si os prevengo de acontecimientos de gran magnitud para el mundo entero: os daré remedios, os daré elementos para que aprendáis a enfrentarlos, para que paséis por el fuego del sufrimiento, ilesos. Porque siempre os protegeré. Siempre os salvaguardaré, por ser el remanente fiel de la Iglesia; para no dejaros atraer ni seducir por falsas doctrinas, por filosofías llamativas y extrañas, por pensamientos heréticos y anatemas que no van en coherencia con las Sagradas Escrituras ni con el Magisterio de la Iglesia. 
 
Por ser el Remanente fiel de la Iglesia, recibiréis la marca de la Cruz en la frente y en la mano. Por ser el Remanente fiel de la Iglesia recibiréis la gran protección de San Miguel Arcángel. Él os cubrirá bajo su capa celestial y os defenderá con su espada divina. Por ser el Remanente fiel de la Iglesia, Jesús, mi Hijo Amado os cubrirá con su Sangre Preciosa. Sangre Preciosa que será coraza, armadura celestial para que satanás no os hiera con su aguijón ponzoñoso. Sangre Preciosa que os revestirá de una fuerza sobrenatural, de tal modo que no os dejaréis vencer, ni amilanar en este tiempo de tribulación y de justicia.
 
Hijos míos: el tiempo de la tribulación y de la justicia es el tiempo que antecede al segundo advenimiento de mi Hijo Jesús; es el final de los tiempos que traen consigo purificación pero también liberación, porque pronto Jesús instaurará su reino de gloria en la tierra. 
Pronto Jesús derrotará a satanás y sus secuaces, les enviará a las profundidades del infierno. 
 
Pronto Jesús vendrá a juzgar a la humanidad bajo dos medidas: misericordia y justicia. 
Pronto Jesús os pagará, os dará premio de gloria o condenación eterna. 
Carísimos hijos: vosotros que sois sencillos, humildes y de corazón puro os llamo a la oración. 
Oración que os dará fuerzas. Oración que os sustraerá del mundo de las tinieblas, del mundo de la oscuridad. 
Oración que os arrancará de las garras del demonio; demonio que quiere llevarse consigo infinidad de almas; demonio que os quita la vergüenza para pecar y os la devuelve para confesaros; demonio que cree haber ganado la victoria, demonio que cree haber triunfado, cuando muy pronto será destronado de su imperio de mentira, será bajado de su silla, porque él ha de ser debilitado, ha de ser subyugado, ha de ser vencido. 
 
La oración es un remedio que entrego en vuestras manos, apóstoles de los últimos tiempos. 
Si no oráis, pereceréis; os enfermaréis del espíritu; vuestro corazón se gangrenará por la lepra del pecado. 
La oración os dará luz para que no caigáis en precipicios de oscuridad, para que no os dejéis arrebatar las Gracias y favores Divinos. 
La oración os mantendrá firmes como soldados rasos de mi Ejército Victorioso, os avivará en el espíritu para que no os adormiléis, para que no caigáis en el sueño letargo. 
 
La oración oxigenará vuestro corazón, corazón que palpitará con vehemencia, con ímpetu adhiriéndose al Corazón de Jesús y a mi Inmaculado Corazón. 
La oración es un remedio para este final de los tiempos. 
Orad en todo tiempo y en todo lugar. 
Orad para que no seáis sorprendidos por el espíritu engañador. 
Orad para que no seáis seducidos y confundidos por el hijo de la perdición, porque muy pronto la silla de San Pedro estará vacía y el usurpador tomará el puesto que no le corresponde.
Orad porque grandes pruebas os sobrevendrán. Os lo he repetido: los dolores de parto ya han dado inicio y el mundo entero pasará por el cedazo de la purificación.
 
Hijos míos: la oración os fortalecerá en los días aciagos, en los días difíciles, cuando no sintáis la presencia del Señor, pero Él no os abandonará. Él no se separará de vosotros. Permanecerá a vuestro lado si sois fieles, si no os dejáis contagiar por la epidemia espiritual, epidemia que causará la muerte espiritual a muchos de mis hijos, porque muchos serán arrancados de la verdad; epidemia espiritual que os lleva a la pérdida de la fe. 
 
Hijos amantísimos: tomad en vuestras manos el Santo Rosario y ofrecedme esta sencilla, esta, mi oración predilecta. El Rosario os atará a mi Inmaculado Corazón, os abrasaré con la llama de mi Amor Santo, os guardaré en el refugio de mi Inmaculado Corazón y el adversario no os podrá hacer daño, el adversario no podrá acercarse a vosotros porque él no soporta mi presencia, me teme, sabe que muy pronto descenderé del Cielo y con mi talón pisaré la cabeza de la serpiente. Sabe que muy pronto mi Inmaculado Corazón triunfará. Sabe que muy pronto el Sacratísimo Corazón de mi Hijo Jesús Reinará en todo el mundo. 
 
El Santo Rosario es la oración que enceguece, ensordece, debilita a satanás. 
El Santo Rosario es la oración que lleva al adversario y a sus secuaces a la desesperación, porque a través de mi oración predilecta los hombres llegan a la cima de la santidad; porque a través de mi oración predilecta los hombres dan fin, muerte, término al hombre terrenal. A través de mi oración predilecta los hombres empiezan a sentir repugnancia por el pecado y por las cosas del mundo, haciéndose más sensibles y más susceptibles a los Misterios Divinos. 
 
El Santo Rosario, amados míos, os da fuerzas en la tentación, os da temple en la tribulación, os da luz en los 
días de tiniebla, en los días de oscuridad porque gruesas capas de oscuridad, de nubarrones negros cubren la tierra. Es tanto el pecado, es tanta la maldad, es tanto el alejamiento de los hombres para con Dios, que satanás a creído ganar la guerra, ha creído haber derrotado mi Ejército Victorioso. Ejército que abrirá la Nueva Jerusalén. 
 
Ejército que sacará al mundo de su aletargamiento, de su somnolencia haciéndole sentir el pronto regreso de Jesús. 
El Santo Rosario os hace radiantes, luminosos, os hace puros. El Santo Rosario os hace esbeltos como los Santos Ángeles. El Santo Rosario aquieta vuestro corazón en la turbulencia, sosiega vuestro espíritu en la fuerte tempestad.
 
Hijitos míos: para las grandes pruebas, para los grandes sufrimientos, el Santo Rosario es medicina del Cielo, Gracia Divina que no os dejará tropezar ni caer, os levantará, os llevará a la meta, al Cielo prometido. 
Las almas que rezan con el corazón, que unen sus tres potencias en una sola y contemplan los misterios del Santo Rosario, perfuman con el fragante nardo, con la rosa más exquisita y fina del Cielo los ambientes más lúgubres, los ambientes más sombríos. 
Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a la práctica y devoción del Santo Rosario. 
Soy vuestra Madre, soy vuestra Maestra que os pide la corona completa del Santo Rosario; cuerda con la que encadenaré y ataré a satanás en este final de los tiempos. 
 
Os amo, os bendigo en este día de gracia.

domingo, 19 de enero de 2014

SIERVOS REPARADORES HIJOS DE MI PREDILECCIÓN

Sólo en el Señor se es feliz


Febrero 8/2011 (11:09 am) 

María Santísima dice: 

“Hijos carísimos, como Madre de la Adoración y de la Reparación: Convenceos que sólo en el Señor se es feliz; sólo en el Señor se consigue: la paz, la dicha, el desahogo al corazón y la quietud del alma; sólo en el Señor se alcanza el máximo nivel de la santidad, la mayor entrega a Su servicio. 

Como Madre de la Adoración y de la Reparación: Tomad muy en serio la vocación, a la cual fuisteis llamados; no fuisteis llamados a ser servidos, sino a servir; vivid la virtud de la humildad; que todas vuestras obras sean sólo para dar gloria y honra al Santo Nombre del Señor. Como Madre de la Adoración y de la Reparación: Os bendigo; sois siervos reparadores y como tal, respondedle generosamente a Jesús; respondedle con vuestro sí y pedidle que obre, en vuestras vidas, de acuerdo a Su Divina Voluntad.” 

APOSENTO DE ADORACIÓN 12

12. Locución del Señor Jesús: 

Hijo mío: en este Sacramento os manifestaré una senda más elevada para que lleguéis a la perfección, perfección que os da distinción de las demás criaturas porque os hacéis santos. 
Contemplad en mi Corazón Eucarístico la longitud, la anchura y la profundidad de su océano, océano en el que beben y se embriagan de amor los Ángeles, los Santos del cielo y las almas puras y recogidas en la tierra. 
Contemplad lo que en este misterio os manifiesta mi Corazón para que bebáis del conocimiento de mi Divino Espíritu, Espíritu que os muestra infinita sabiduría que 
todo lo abarca desde la eternidad pasada hasta la eternidad venidera. 
Contemplad la bondad infinita de mi Corazón Eucarístico, Corazón presto en perdonaros, Corazón abierto para daros albergue porque allí afuera padecéis 
frío, Corazón dispuesto en daros a conocer la sabiduría que él encierra, Corazón dispuesto en poner en vuestras manos mis más grandes tesoros para que dejéis atrás vuestra vida precaria y os hagáis ricos porque son perlas de incalculable valor. 
Sumergíos en él y probad cuán suave es la bondad de Vuestro Dios. Deleitaos en ella, amadla y alabadla porque mi bondad no tiene límites, abarca a todas las almas que vengan a beber en las fuentes de mi Divinísimo Corazón. 
Contemplad la Misericordia Divina que muestra mi Corazón en el Santísimo Sacramento, Misericordia que os cobija, os arropa porque mi tribunal se halla abierto para perdonaros, para declararos inocentes de vuestras culpas. 
Contemplad mi Omnipotencia escondida en la Sagrada Hostia, Omnipotencia porque soy Vuestro Dios, Vuestro Señor, Vuestro Arquitecto, Vuestro Alfarero; 
Omnipotencia porque trazo planes diversos a vuestra vida, planes que os sacan del obnubilamiento, del letargo; Omnipotencia porque si sois dócil, tomo la greda blanda de vuestro corazón y os doy nueva forma, forma que os asemeja al Mío; Omnipotencia porque mi Divinidad yace en este misterio de amor, misterio abandonado, excluido del corazón de muchas almas. 
Contemplad mi real presencia en la Eucaristía y regocijaos en mi invención de amor, contemplad una parcela de cielo en la tierra y responded a mi llamado siendo lámpara del Amor Divino y alumbrad todos los Sagrarios de la tierra, porque sois incensarios de ángeles que se agitan en una y otra dirección: alabando, adorando 
y glorificando mi Magnificencia de Amor, Amor que me condujo a permanecer plantado como nardo purísimo en todos los Tabernáculos del mundo. 

Alma adoradora del silencio: 

Amorosísimo Jesús: alabado, ensalzado y glorificado seáis por haberos quedado en el Santísimo Sacramento del Altar, por mi amor. 
Amorosísimo Jesús: alabado, ensalzado y glorificado seáis porque nacisteis pobre y humilde, tomando un corazón semejante al nuestro, inclinado siempre en 
amarnos. Amorosísimo Jesús: alabado, ensalzado y glorificado seáis porque sois la salud y el consuelo de los enfermos y afligidos. 
Amorosísimo Jesús: alabado, ensalzado y glorificado seáis porque con grandes fatigas buscáis por montes y valles a las ovejas perdidas para enseñarles el camino al cielo. 
Amorosísimo Jesús: alabado, ensalzado y glorificado seáis porque con indecible fineza nos dejasteis vuestro Cuerpo y Sangre en el adorable Sacramento del Altar. 
Amorosísimo Jesús: alabado, ensalzado y glorificado seáis porque me concedéis la insigne gracia de procurar vuestra gloria en este mundo. 
Amorosísimo Jesús: alabado, ensalzado y glorificado seáis porque sois candor de Ángeles en la tierra, sois el nardo purísimo de celestial perfume que aromatiza mi 
corazón con vuestra fragancia exquisita, sois el Emmanuel, Dios con nosotros, que estáis presente en la Divina Hostia para resguardarme en uno de los aposentos 
de vuestro Corazón Eucarístico. 

- Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén. 
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y Divinísimo Sacramento. 

APOSENTO DE ADORACIÓN 11

11. Locución del Señor Jesús: 

Hijo mío: procura siempre permanecer unido en Mí, no sólo por fe, esperanza y caridad, sino también, mediante este Sacramento, invención de amor. 
Esto es lo único necesario, el estar unido conmigo, porque de esta unión se deriva vuestra vida y fortaleza, vuestra perfección y santidad. 
Cuanto más estrechamente estéis adherido a Mí, más gracias recibirá vuestro corazón, porque mi Divino Corazón está colmado de bendiciones, bendiciones que os daré más directamente si os hacéis alma Eucarística, alma adoradora del silencio, alma deseosa de estar siempre a mi lado, alma ansiosa en terminar su peregrinación en la tierra para habitar en una de las moradas del cielo. 
Hijo mío: si el cansancio os agobia, si vuestras fuerzas han disminuido, si os percatáis que vuestro vigor ya no era como antes, si empezáis a sentir que vuestra vida no tiene sentido; si los vacíos de vuestro corazón son tantos 
que os amargan, os entristecen y no os dejan ser felices; si el ruido del mundo os aturde; si la cosas de la tierra no os satisfacen, no os llenan. Es porque habéis empezado a escuchar mi voz, voz que desde el silencio y soledad de mi Sagrario os llama para que vengáis a Mí; saquéis todo lo que lleváis adentro y quedéis liberado de vuestras opresiones, preocupaciones, ansiedades y depresiones. 
Habéis de saber que la depresión es ausencia de Mí; soy la cura para vuestra enfermedad, soy el antídoto para vuestra tristeza. 
En Mí, encontraréis lo que hasta ahora no ha llenado vuestro corazón. 
En Mí, viviréis la verdadera vida. 
En Mí, disfrutaréis la paz, paz que ningún ser en la tierra os podrá dar porque de mi Corazón Eucarístico brotan raudales de paz para toda la humanidad. 
En Mí, cobraréis nuevas fuerzas, fuerzas que os impulsan a una vida de santidad, fuerzas que aligeran vuestros pasos para que no os desviéis ni a derecha ni a izquierda, fuerzas que os hace andar en línea recta, camino derecho, angosto y pedregoso que os llevará al cielo. 
En Mí, vuestro corazón será renovado, transformado porque vuestras heridas se sanarán, vuestros miedos se disiparán, vuestros sueños se harán realidad, vuestra empresa florecerá porque mi Corazón Eucarístico es remedio a vuestros males y bálsamo de amor a vuestros sufrimientos. 
En Mí, vuestra vida tomará un nuevo rumbo, rumbo que os lleve a permanecer en Mí, rumbo que os lleve a habitar en uno de los aposentos de mi Divino Corazón para ataros eternamente con las cadenas de amor para que no os perdáis, para que jamás os separéis de Mí, porque os amo. 
En Mí, descubriréis que mi amor no tiene comparación porque excede todo el amor de las criaturas, mi amor os da deleite, alegría; mi amor suaviza vuestras penas, os da tenacidad a vuestro sufrimiento, aguante a vuestra cruz porque sin cruz no hay vida eterna, sin cruz no hay Patria Celestial. 
Venid, pues, almas amadas de mi Corazón Eucarístico y recreaos conmigo, adoradme como a Vuestro Dios y reparad porque mis hijos, mis hermanos se han olvidado de Mí y el mundo no ha cesado de ofenderme. 
Venid, pues, almas adoradoras de mi Corazón Eucarístico y haceos lámparas del Amor Divino, resplandeced con vuestra luz en todos los Tabernáculos del mundo porque vuestras oraciones son destellos celestiales que lo engalanan con luces multicolores. 

Alma adoradora del silencio: 

Dulce Jesús mío, mi corazón se inflama de amor al veros en el paisaje multicolor de la creación, en el cielo tapizado de estrellas y en las alfombras mullidas de 
verdes pastizales. 
Dulce Jesús mío, os adoro presente en la Sagrada Hostia, os alabo por vuestro milagro de amor. Dulce Jesús mío, que llegáis a mi corazón, bajo el Velo Sacramental, regaladme algunas fibras de Vuestro Divino Corazón de tal modo que permanezca siempre unido a Vos. 
Dulce Jesús mío, postrado ante vuestra presencia, os adoro con los Ángeles y con la Santísima Virgen me uno en espíritu a la corte celestial para alabaros y bendeciros por toda la eternidad. 
Dulce Jesús mío, que me habéis llamado a morar junto a Vos en esta solitaria hora en que vuestros mismos hijos os olvidan y el mundo no deja de ofenderos, permitidme, Señor, elevar mi voz para invitar a las criaturas a suplir con nuestro fervor la frialdad con que os tratan. 
Dulce Jesús mío, me postro ante vuestra presencia, deseando reparar las irreverencias e impiedades para con el Sacramento de vuestro amor; aceptad mi pobre reparación y perdonad la estultez de los corazones que os ofenden. 
Dulce Jesús mío, cómo no expresaros mi gran amor si os habéis quedado en la Hostia Santa, Hostia que es escudo de protección contra satanás y sus secuaces, Hostia que es alimento que me da vida eterna, Hostia que me reviste de 
vuestro Espíritu Divino y me da santidad, Hostia que es Manjar Celestial, que ni a los mismos Ángeles les habéis concedido la gracia de poseeros, Hostia que es dulce miel que pacifica mi corazón, Hostia tres veces Santa bajo cuyas apariencias vive el modelo y la fuente misma de toda santidad, comunicadme el gusto por las virtudes sobre todo la humildad y la caridad. 

- Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén.
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y Divinísimo Sacramento. 

jueves, 16 de enero de 2014

APOSENTO DE ADORACIÓN 10

10. Locución del Señor Jesús: 

Aquí en el Sagrario, hijo mío, encontraréis el cielo anticipado en la tierra. Basta que centréis vuestra mirada en Mí y sintáis que desde mi Corazón Eucarístico os envío destellos de amor para que vuestro corazón se goce ante mi presencia. 
Aquí en el Sagrario, hijo mío, encontraréis un océano de paz, porque mi Corazón Eucarístico sobreabunda en aguas reposadas, aguas que os han de dar quietud a 
vuestro corazón y deleite a vuestro espíritu. Aquí en el Sagrario, hijo mío, encontraréis riquezas del cielo, porque mi Corazón Eucarístico es el tesoro escondido que se deja descubrir del corazón manso y humilde como el Mío. 
Aquí en el Sagrario, hijo mío, encontraréis un cielo nuevo, cielo fabricado y adornado con arte divino, porque mi Corazón Eucarístico es un palacio suntuoso en el que os podéis recrear con su belleza. 
Aquí en el Sagrario, hijo mío, no sentiréis más penas porque mi sola presencia os dulcifica. 
Son muy pocas las almas que aprovechan los misterios divinos de mi Corazón Eucarístico, de él fluyen muchísimas gracias, gracias que en su mayor parte se 
pierden porque no hay quien recolecte la vendimia, no encuentro trabajadores para mi viña y esto lastima mi Sacratísimo Corazón porque en Mí sólo hallaréis bondad 
y capacidad en perdonaros sin límites. 
Venid a Mí. Necesito que estéis a mi lado para que recojáis con toda reverencia la Preciosísima Sangre que derramo en el Gólgota de los Sagrarios porque de nuevo 
soy maltratado, reavivan los dolores de mi Pasión, unos clavan con ferocidad mi corona de espinas con sus malos pensamientos, otros agrandan mis llagas con sus malas acciones, otros torturan mi cuerpo con su falta de reverencia frente a mi Milagro de Amor. 
En vosotras, almas adoradoras del silencio, me deleito porque vuestra oración seca las lágrimas de mis ojos, vuestra oración suaviza el dolor de mi Corazón, vuestra oración endulza mi amargura, ya que la obstinación de las almas por la vida de pecado las lleva a perderse de mis gracias, de mis dones y de mis riquezas. En vosotras, almas adoradoras del silencio, hallo complacencias porque llegáis al Tabernáculo de mi amor a darme todo el amor, la adoración y la alabanza que no 
recibo de las otras criaturas. Vuestra mera presencia hace que los latidos de mi Corazón palpiten con vehemencia porque hijos, a los que adoro con locura, han venido como ofrendas de amor para reparar por todos los desprecios que recibo, las veinticuatro horas del día, en todos los Sagrarios de la tierra. 
Aquí en el Sagrario, hijo mío, os haré partícipe de mis penas, penas que serán dulcificadas si os hacéis como lámparas del Amor Divino, lámparas que han de reparar con sus actos de adoración los vejámenes que recibo en todo momento y en cada lugar. 

 Alma adoradora del silencio: 

Amado Jesús mío, vuestra presencia es suave oleaje a mi corazón y susurros de brisa suave a mi espíritu. 
Amado Jesús mío, saetad mi corazón con vuestros rayos de luz, cubrid todo mi ser con vuestro resplandor y dadme nuevo brillo a mis ojos para veros con mayor nitidez y amaros con amor y con locura. 
Amado Jesús mío, elevad mi alma al cielo y santificadla, tomad mi corazón y purificadlo, arrebatad mi espíritu y adornadlo con vuestras virtudes. 
Amado Jesús mío, enderezad mis sendas y allanad mis caminos. 
Amado Jesús mío, dejadme habitar en vuestra tienda, vestid mi cuerpo con la túnica de la pureza y calzad mis pies con las sandalias del arrepentimiento. Amado Jesús mío, que padecéis soledad y sed de almas, heme aquí para haceros compañía y refrescar vuestro ardiente corazón. 
Amado Jesús mío, que sufrís nuevamente los dolores de vuestra Sagrada Pasión, dejadme sanar vuestras heridas y menguar vuestro sufrimiento. 
Amado Jesús mío, que sois maltratado por los hombres, heme aquí para reparar por la dureza de sus corazones y su pertinaz vida de pecado. 
Amado Jesús mío, que estáis en la pureza de la Sagrada Hostia, alimentadme de este Manjar Celestial, atraed hacia Vos las almas perdidas. 
Amado Jesús mío, recibidme como vuestra ofrenda de amor para suavizar vuestro dolor y reparar por los vejámenes de las criaturas. 

- Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén. 
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y Divinísimo Sacramento. 

miércoles, 15 de enero de 2014

¿QUIEN COMO DIOS?

¡NADIE COMO DIOS!

Y, ¿DESPUÉS DE DIOS? 

¡NADIE COMO MARÍA!

Hola mis hermanos en Jesucristo; ya casi acabaré de publicar las Locuciones del Aposento de Adoración, locuciones donde nuestro amado Jesucristo nos habla desde su presencia real en la Sagrada Hostia y nos dice que allí nos espera, porque es ese su nuevo Getsemaní en la tierra; en donde padece soledad porque son pocas las almas que lo visitan, son pocas las almas que van con corazón sincero, sin pretensiones; son pocas las almas que van a consolarle y a desbordarse de amor por Él; porque el Amor no es amado.

Después de esto, publicaré las locuciones del Aposento de Reparación; para esto mis hermanos es importante tener en cuenta; que éste es un gran regalo de Dios; que nosotros hemos sido elegidos desde mucho antes de nacer, para esta misión; porque más adelante leerán en una de las locuciones que nuestro Señor dice, que ésta es un vocación, nuestra vocación; si alguna vez te preguntaste ¿para que naciste? o ¿que quiere de ti Dios? pues bien hoy tienes la respuesta, naciste para reparar; eres un ALMA REPARADORA; Dios te ha escogido para su plan, y te utilizará en este final de los tiempos; ésta es tu vocación.

Pues bien, ya sabrán ustedes que Satanás nos odia, él odia a todo el mundo, pero mucho más a aquellos que están más unidos a Dios; eres alma reparadora, ¿por qué lo sé? Porque estas leyendo esto, Dios te puso ahí, porque quería darte a conocer su mensaje. La batalla será dura, pero no estamos solos, Dios nos ha dado una ayuda extra y maravillosa; ¿recuerdan esta cita? Juan 19, 26-27 Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». 
27 Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.  

Hoy hermanitos, los invito a recibir a María Santísima en su casa, en su morada; que es su cuerpo; a recibirla en sus corazones y a tomarla como Madre; pues ella será quién los protegerá y luchará contra el maligno por ustedes.

Para empezar a reparar, DEBES CONSAGRARTE A MARÍA SANTÍSIMA; ES MUY IMPORTANTE.

Busca en tu ciudad, alguna comunidad Mariana que haga las consagraciones, Lazos de Amor Mariano es una de ellas; o bien estaré publicando la consagración, para que la hagan en casa.

¿QUIEN ES MARÍA? 

María es, hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo, esposa de Dios Espíritu Santo.
Ella contiene a toda la Santísima Trinidad.


que Dios te bendiga y la Santísima Virgen te alcance las gracias y virtudes; porque ella es la Reina de las Almas Reparadoras.



APOSENTO DE ADORACIÓN 9

9. Locución del Señor Jesús: 


Cuando se me acercaron las turbas y echaron mano de Mí, huyeron mis discípulos y me dejaron solo entre aquellos enemigos. Discípulos que Yo elegí, discípulos 
que formé con todo el amor de mi Corazón, discípulos a quienes llamé amigos e hijos, discípulos a quienes comuniqué cuanto Yo había oído de mi Padre, discípulos que poco antes prometieron no negarme y dar, aun, la vida por Mí. Mas, cuando les llegó el momento de cumplir sus promesas, huyeron despavoridos 
convirtiéndose en desertores. 
El abandono de mis discípulos hirió gravemente mi Corazón. 
Hijo mío, hoy también me hallo solitario y abandonado; las criaturas pasan desapercibidas frente a mi mansión de amor, y si por ventura llegaren a Mí, salen rápido porque no encuentran palabras que decirme; el mundo las absorbe y el silencio las ahoga, y son muchos los asuntos pendientes que dejaron allí afuera. 
Se olvidan que en esta porción de cielo encontrarán solución a todos sus problemas, descanso a sus fatigas, fortaleza a sus debilidades, remedio a sus enfermedades, fin a las tribulaciones, ruptura a las esclavitudes porque soy el mismo Hombre de Nazaret que liberó a los poseídos, sanó a los enfermos,perdonó a los pecadores y resucitó a los muertos. 
Soy el mismo Hombre de Nazaret que trajo una propuesta diferente de vida, hombre que quiso abolir falsas leyes y perfeccionarlas. 
Soy el mismo Hombre de Nazaret que compartió la mesa con publicanos, llamó a conversión a prostitutas, a salteadores y a recaudadores de impuestos. 
Soy el mismo Hombre de Nazaret que turbó a los sacerdotes y maestros de la ley porque mis pensamientos chocaban con los suyos, mi manera de hablar los cuestionaba y airaba, ya que descubrían en Mí al Mesías, al Dios esperado. 
Soy el mismo Hombre de Nazaret que obró prodigios y milagros y un indeterminado número de almas me siguieron, teniendo que pasar desapercibido frente a las muchedumbres, almas que soportaban el recio calor del sol o la impetuosa tormenta porque mis palabras las seducía y hoy que también estoy realmente presente en la Sagrada Hostia, los hombres esquivan a mi amor, se 
apartan de mi lado pretendiendo encontrar la felicidad fuera de mis laderas, cuando en Mí hallarán sosiego disfrutando de mi paz verdadera, paz que os doy desde mi Santuario, Santuario poco visitado, poco frecuentado por las almas. 
Soy el mismo Hombre que murió en una cruz para ser luz a toda la humanidad, humanidad que yace en tinieblas, humanidad sombría porque el pecado oscurece el corazón de los hombres. 
Venid, pues, y hacedme compañía, encended el foco de luz de vuestro corazón que os quiero como lámparas del Amor Divino. Lámparas cuya luz no habrá de extinguirse porque los rayos potentes de mi Sol Divino siempre os alumbrará. 

Alma adoradora del silencio: 

Rey solitario y abandonado de los corazones, me abismo a vuestros pies con el silencio de la adoración y del amor. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, me anonado frente a vuestra realeza porque el Rey del más alto linaje se posa frente a mis ojos. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, os adoro porque os habéis perpetuado en la Sagrada Hostia. 
Vuestra presencia me eclipsa, me enamora. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, os glorifico por vuestra invención de amor; estáis aquí para suavizar la amargura de mi corazón, estáis aquí para impulsar mi corazón en amaros más y más. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, os alabo en unidad de los Santos y de los Ángeles, me uno al barullo de sus voces porque sois deleite para mi espíritu y suave refrigerio para mi corazón. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, reparo la ingratitud con un sinnúmero de te amos, reparo el desprecio de las almas con mi presencia, porque me habéis cautivado, habéis seducido mi corazón. Sin Vos no podría vivir porque sois la luz de mis ojos y el aire que respiro. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, os pido mil y mil veces perdón porque muchas almas pudiéndoos amar no os aman, pudiéndoos adorar no os rinden los homenajes que os merecéis. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, creo que estáis aquí, Dios mío, y que bajo los velos de este Sacramento me miráis y penetráis hasta el fondo de mi corazón. 
Rey solitario y abandonado de los corazones, creo que bajo esta apariencia de pan están contenidas, no solamente vuestra Carne y vuestra Sangre, sino también 
vuestra Divinidad y vuestra Humanidad. 

- Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén. 
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y Divinísimo Sacramento. 

martes, 14 de enero de 2014

APOSENTO DE ADORACIÓN 8

8. Locución del Señor Jesús: 

En este Tabernáculo encontráis al mismo Corazón que mientras vivió en la tierra consolaba a todos. Aquel mismo Corazón, que encerrado, aún, en el pesebre, dio 
paz a los pastores. Aquel mismo Corazón que en su niñez recreó a sus amigos y aquel mismo Corazón que durante su vida fue el refugio y la esperanza de los enfermos, los débiles, los sordos, los mudos, los ciegos, los paralíticos, los leprosos y marginados; almas excluidas de una sociedad sin corazón que en Mí encontraron calidez, dulzura y bálsamo sanador a sus múltiples tribulaciones. 
Todos estos prodigios y consuelos de amor los repito aquí en mi dulce prisión, ya que mi Corazón Eucarístico cura las enfermedades de vuestro cuerpo, cura los 
padecimientos de vuestra alma y extingue vuestras miserias. 
Mi Corazón Eucarístico os libera de las seducciones del demonio y os hace fuertes frente a sus ataques. 
Mi Corazón Eucarístico limpia la lepra de vuestro pecado, purifica vuestra alma dándoos blancura de nieve. Mi Corazón Eucarístico os sana de vuestra ceguera 
espiritual dándoos una nueva manera de ver la vida, vida anclada a mi divinidad y a mis principios. 
Mi Corazón Eucarístico arremete contra vuestra parálisis espiritual dándoos movimiento, soltura para que alcéis vuelo como las águilas y os encontréis conmigo. Mi Corazón Eucarístico es remedio a vuestra sordera espiritual dándoos agudeza auditiva para que os dejéis seducir por el encanto de mi voz. 
Mi Corazón Eucarístico os pone palabras en vuestros labios para que me adoréis, alabéis y deis a conocer mi dulce Nombre. 
Mi Corazón Eucarístico os une al vuestro, transformando vuestro corazón en lámpara del Amor Divino, lámpara que no cesará de alumbrar en la oscuridad de mi Tabernáculo, ya que son pocas las almas que vienen a prender fuego en la llamarada de mi Divino Corazón. 

Alma adoradora del silencio: 

Corazón Eucarístico de Jesús, derramad vuestros rayos de luz en mi corazón, unid cada latido con el Vuestro. Corazón Eucarístico de Jesús, transverberad mi corazón con un flechazo de amor y acercadlo al Vuestro, para que nuestros latidos se fundan sin cesar y alabemos juntos a nuestro Eterno Padre. 
Corazón Eucarístico de Jesús, quitad los harapos de mendigo que cubren mi cuerpo y revestidme con trajes de príncipe porque soy hijo del Rey. 
Corazón Eucarístico de Jesús, derramad saetas de fuego en mi corazón, abrasadlo y consumidlo en las llamas de vuestro amor. 
Corazón Eucarístico de Jesús, unid eternamente mi corazón al vuestro, atadlo con el cordel dorado de vuestro amor; atraedme hacia Vos para que me cubráis con 
vuestros besos y abrazos. 
Corazón Eucarístico de Jesús, os amo, os adoro, os glorifico y os reconozco como mi Señor y os pido perdón por los que no os reconocen como a Nuestro Señor. Corazón Eucarístico de Jesús, unamos nuestras miradas porque he venido a daros todo el amor que las criaturas no os dan. 
Corazón Eucarístico de Jesús, atraedme hacia vuestra presencia y haced de mí, vuestro eterno enamorado, enamorado que os adore y os acompañe. 
Corazón Eucarístico de Jesús, en vuestro Tabernáculo de amor os canto himnos de alabanza porque sois el Dios Emmanuel que me acompaña, que dulcifica mi 
sufrimiento y que me hace mirar al cielo como vuestro peregrino de la Patria Celestial. 

- Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en 
esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén. 
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y 
Divinísimo Sacramento. 

lunes, 13 de enero de 2014

APOSENTO DE ADORACIÓN 7

7. Locución del Señor Jesús: 

En mi Corazón hijo mío, hallaréis la fuente de todos los bienes, siempre abierta, siempre manante de la cual podéis beber a toda hora sin nunca agotarse. 
En mi Corazón encontraréis cuanto os sea necesario para vuestro provecho. 
Si alguna vez decayereis en el fervor: aquí os enfervorizaréis, aquí os renovaréis en espíritu, aquí recobraréis nuevas fuerzas. 
Si pecares: aquí alcanzaréis misericordia, aquí obtendréis perdón, aquí conseguiréis la paz. 
Si por debilidad desfalleciereis: aquí os fortaleceréis, aquí cobraréis vigor en la virtud. 
Si necesitares consejo: aquí encontraréis sabiduría en abundancia. 
Si deseares más gracia, algún favor especial, alguna consolación: aquí lo hallaréis todo para vuestra verdadera felicidad, aquí descubriréis el cielo anticipado en la tierra porque mi Divino Corazón es el camino y la puerta misma del Paraíso Eterno. Camino Seguro en el que jamás os equivocaréis. Camino breve por ser el más recto. 
Camino llano porque es camino de amor. Camino por el que anduvieron mis santos y por donde quien caminare se hará santo. 
Mi Divino Corazón os guiará y os protegerá de todo peligro porque dentro de él hay varios aposentos de amor en los que podéis reposar cuando os sintáis cansados, os podéis ocultar cuando os sintáis temerosos, os podéis 
calentar cuando sintáis frío. 
Hijo mío, tened siempre presente mi Corazón en el que encontraréis todo. Visitadme con frecuencia y escuchad mis palabras. Ocupándoos de Mí, Yo me ocuparé de vosotros. 
Vivid preparados, porque cuando menos lo penséis vendré y os llevaré conmigo. Por eso, haced de vuestra vida un acto de adoración y reparación constante porque mi Corazón, siendo un Misterio Divino de Amor, es maltratado y herido. 
Vivid preparados porque cuando menos lo penséis vendré y os llevaré conmigo. Por eso haced de vuestra vida lámpara del Amor Divino y encended fuego en los 
corazones de hielo que han de ser sensibles a mis rayos de luz, corazones que han de derretirse porque mis saetas divinas los traspasan de un lado a otro volviéndolos susceptibles frente a mi misterio de amor, misterio que siempre prevalecerá por más enemigos que intenten destruirlo porque es el Dios infinito que se viste de sencillez en la Sagrada Hostia. 

Alma adoradora del silencio: 

Amantísimo Jesús mío, heme aquí adorando vuestro Sagrado Corazón, Corazón presente en vuestro invento de amor, Corazón que es pozo de aguas clarísimas que sacia mi sed, Corazón que es habitación confortable y da descanso a mi cuerpo fatigado, Corazón que es remanso de paz que sosiega la turbulencia de mi espíritu, Corazón que es hoguera de amor en mis días de invierno, Corazón que es morada eterna siempre abierta, Corazón que es libro del cielo que me enseña, me instruye, Corazón que es Paraíso Celestial que da regocijo a mi alma. 
En vuestro Corazón mi corazón es sosegado, reposado porque vuestros latidos son impulsos de amor que me conllevan a desearos cada vez más. 
Dejadme entrar en vuestro Corazón y ofreceros el homenaje más sublime que una creatura os puede tributar. 
Dejadme entrar en vuestro Corazón y deleitarme en vuestra presencia Divina, presencia que une mi corazón con el vuestro, presencia que lo encadena de amor porque vuestro cordel lo ata eternamente al vuestro. Dejadme entrar en vuestro Corazón y reparar por los ultrajes con que es ofendido. Dejadme entrar en vuestro Corazón y sanar vuestras heridas con el óleo de nuestra oración. 
Dejadme entrar en vuestro Corazón y naufragar en vuestros torrentes de misericordia para ser perdonado y liberado de mis culpas. Dejadme entrar en vuestro Corazón y atravesadlo con vuestra lanza encendida de vuestro amor Divino para que sea transformado a semejanza de vuestro Sacratísimo Corazón. 

 - Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén. 
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y 
Divinísimo Sacramento. 

domingo, 12 de enero de 2014

APOSENTO DE ADORACIÓN 6

6. Locución del Señor Jesús: 

Aquí, en mi Tabernáculo de amor, estoy como Vuestro Salvador, Salvador que os quiere rescatar y liberar del pecado. En mi Corazón Eucarístico encontraréis un manantial de agua viva, agua que aplaca la sed de las cosas mundanales y os da vida eterna, agua que apaga el fuego ardiente de las pasiones y os consume dándoos pureza. 
Soy Vuestro Salvador, el mismo Hombre-Dios que murió en una cruz y que ahora vive en la Hostia Consagrada para daros vida nueva, vida en abundancia. 
Aquí, en mi Tabernáculo de amor, estoy como Vuestro Buen Pastor, Pastor que va en búsqueda de la oveja perdida y una vez la encuentro la llevo sobre mis hombros, la sumerjo en el aprisco de mi Divino Corazón, la caliento, la alimento y le vendo sus heridas. 
Aquí, en mi Tabernáculo de amor, estoy como Vuestro Bondadoso Padre, que abrazo gozoso al hijo pródigo cuando vuelve, y vestido con los más elegantes trajes le fortalezco y recreo con un festín celestial. 
Aquí, en mi Tabernáculo de amor, estoy como Vuestro Médico Divino para suavizar y mitigar con la unción de mi Corazón vuestros dolores, curar vuestras enfermedades, fortalecer toda debilidad, quitar la deformidad causada por el pecado y restituir vuestra hermosura, porque el alma cuando está en estado de 
gracia adquiere la lozanía y gallardía de los Santos Ángeles. 
Aquí, en mi Tabernáculo de amor, estoy como Vuestro Maestro para enseñaros con mis inspiraciones que son bienaventurados los pobres de espíritu, bienaventurados los mansos, bienaventurados los que lloran sus culpas, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, bienaventurados los misericordiosos, bienaventurados los limpios de corazón, bienaventurados finalmente los que cumplen la Voluntad Divina, pues, son mis hermanos y 
herederos de Reino de los Cielos. Aquí, en mi Tabernáculo de amor, estoy como Vuestro Amigo, Amigo que os presta su hombro para que lloréis vuestras penas. Amigo que os escucha en vuestra turbación. Amigo que os levanta cuando por desgracia caéis. Amigo que siempre os estará esperándoos en la soledad de su sagrario para reconfortaros. 
Aquí os espero como adoradores del silencio para que me améis con toda la intensidad de vuestro corazón, porque no soy amado, para que me adoréis como lo hacen los Santos Ángeles porque no soy adorado, para que consoléis mi Corazón porque muchos son los verdugos y profanadores de mi Altar. 
En mi Tabernáculo os espero para hacer de vuestro corazón una lámpara encendida del Amor Divino, luz que ha de iluminar todos los Sagrarios del mundo porque vuestra oración es reflejo de mi Luz Divina. Luz que ha de alumbrar todos los rincones del mundo. Luz que jamás se extinguirá, permanecerá hasta la consumación de los siglos. 

 Alma adoradora del silencio: 

En vuestro tabernáculo encuentro al amigo fiel, amigo que es luz para mi oscuridad, voz de aliento en mis problemas, medicina de Dios que da alivio a mi corazón enfermo. En vuestro tabernáculo encuentro al médico que sana las dolencias de mi corazón y de mi cuerpo, médico que me devuelve la salud como don gratuito dado del cielo. En vuestro tabernáculo encuentro al Pastor que 
venda mis heridas, Pastor que me lleva entre sus brazos y me conduce a su rebaño, rebaño en el que beberé de agua fresca para calmar mi sed, rebaño en el que me alimentaré de verdes pastizales para mitigar mi hambre, rebaño en el que me sentiré protegido, resguardado porque su poder Divino jamás será vencido. En vuestro tabernáculo encuentro a mi Maestro, Maestro que me alecciona, adoctrina y enseña el camino para llegar a la santidad, Maestro que me educa en la ciencia del cielo, ciencia que hace de mí discípulo aventajado. En vuestro tabernáculo encuentro a mi Salvador, Salvador que murió en una cruz para darme vida, Salvador que lo hallo en la presencia del Pan Consagrado, Salvador, Emmanuel, Dios con nosotros que me recrea, me deleita, dándome gozo a mi espíritu y desahogo a mi corazón porque su único fin es llevarme al disfrute del cielo eterno. 

- Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en 
esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén. 
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y 
Divinísimo Sacramento. 

jueves, 9 de enero de 2014

APOSENTO DE ADORACIÓN 5

5. Locución del Señor Jesús: 

Esta es mi morada celestial en la tierra. Aquí hijo mío, veréis que la misericordia de mi Corazón es mayor de lo que puede ser la miseria humana. 
Aquí todo lo transformo: cambio lo pesado en liviano, lo insípido lo torno sabroso, convierto la amargura en dulcedumbre y el llanto en alegría del corazón. 
Aquí transformo este valle de lágrimas en paraíso, esta tierra en cielo anticipado, por aquí encontraréis la abundancia de los bienes celestiales, la fuente de la paz y del gozo. Aquí, los Ángeles; aquí, Yo mismo, la Misericordia infinita. 
Estos son los prodigios de amor que mi corazón realiza para que no os desmayéis ante los problemas de la vida, sino que atraído por la bondad de mi Corazón, acudáis a este manantial de todo consuelo. 
Cuando derraméis vuestro corazón ante mi Santo Tabernáculo y cuando en la Sagrada Comunión hable 
vuestro corazón con el Mío y os donéis por completo, comprenderéis: que el consuelo remplaza a la aflicción, la alegría al temor, y la fortaleza del alma a la tibieza. Pero si abandonándome acudiereis a otro lugar, en busca de quien alivie vuestro abatimiento, podréis decir por experiencia propia: “Busqué quien me consolase y no lo hallé.” Mas, a mi Corazón Eucarístico nunca llegaréis en vano, de aquí jamás saldréis sin consolación. 
Venid siempre a este Tabernáculo para que encontréis remedios a vuestras tribulaciones, respuestas a vuestras dudas, quietud a vuestras turbaciones, esperanzas a vuestras congojas, oasis a vuestros desiertos. 
Entended hijo mío, que ante tanto amor sólo recibo desprecios e ingratitudes, porque llamo a las almas y no escuchan mi voz. Decidí quedarme en mi invención de amor y muy pocas almas vienen a visitarme. Soy el Dios Emmanuel en la Sagrada Hostia y son pocos los que me adoran y me reconocen como a su Señor. Hijo mío, ya que habéis escuchado el barullo de mi voz, adoradme y consoladme con vuestra oración, oración que es incienso que sube a la presencia de mi Padre. 
Oración que os hace lámparas del Amor Divino para que con el fuego de vuestro corazón abraséis mi Sagrado Cuerpo porque padezco frío y soledad en los Tabernáculos de mi amor, Tabernáculos en los que resido para amaros y haceros más llevadero vuestro peregrinaje 
en la tierra. 

Alma adoradora del silencio: 

Gracias, adorable Jesús mío, por saetad mi corazón y atraedme a vuestra morada celestial, morada en la que naufrago de amor porque vuestro Corazón Eucarístico es un océano de misericordia, océano que me purifica y me lava de todo pecado. 
Aquí en vuestra morada de amor encuentro todo lo que mi corazón necesita para ser feliz. Mi cruz es alivianada, mi amargura dulcificada, mi tristeza es cambiada en alegría porque sois el Santo Dios, el Santo Fuerte y el Santo Inmortal que me provee con la abundancia de vuestros dones celestiales. 
Aquí en vuestra morada de amor estoy en el cielo, cielo anticipado, porque sois la fuente de la paz y del gozo eterno. Aquí en vuestra morada de amor encuentro consuelo porque mis problemas son solucionados, mi aflicción es menguada por vuestra ternura infinita, ternura que hace que suspire por vuestro gran amor. 
Aquí en vuestra morada de amor hacéis prodigios en mi corazón, corazón que es transformado en copón purísimo para contener en él vuestras Sagradas Especies, Maná de Ángeles que me une a vuestra Divinidad y me adentra en el espesor de vuestro Reino. 
Adorable Jesús mío, sé que ante tanto amor, recibís desprecios, desprecios que os causan gran dolor porque muchas almas pasan indiferentes frente a vuestro Tabernáculo, os ignoran y ahogan vuestra voz con el ruido exterior que las ensordece. Sois el Dios Emmanuel que os habéis quedado con nosotros hasta el final de los tiempos. Por eso deseo amaros con locura, adoraros con ardor y alabaros sin cesar, porque sois la brújula que me enruta hacia vuestra morada, morada que es un anticipo de cielo, morada con habitaciones equiparadas para el día en que cierre mis ojos al mundo y los abra en la eternidad. 

- Os adoro, os alabo y os amo con todas las almas que, en 
esta hora, os están amando en la tierra y en el cielo. 
Amén. 
Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y 
Divinísimo Sacramento.