Jesús dice:
Hijos míos: ya sabéis del sufrimiento que embriaga a los Sacratísimos Corazones Unidos y Traspasados. Unidos en un mismo amor y traspasados por un mismo dolor.Os llamo a ser Apóstoles Reparadores de los Sagrados Corazones.
Apóstoles que sabrán ser luz con su testimonio de vida.
Apóstoles asiduos a los Sacramentos.
Apóstoles interesados en dar gloria a mi Santo Nombre.
Apóstoles imitadores de nuestras adorables virtudes.
Apóstoles preocupados en reparar las ofensas, los ultrajes, los sacrilegios, las profanaciones que diariamente recibo en el Santísimo Sacramento del Altar.
Hijos míos: atended a mi llamado. Estáis en el tiempo del libertinaje sexual y de la inmoralidad; estáis en el tiempo de las tinieblas, de la oscuridad porque los hombres se han alejado del camino
recto; los hombres se hallan inmersos en el lodazal del pecado; el ateísmo, el hedonismo está causando estragos en la vida espiritual de muchísimos de mis hijos; hijos que hieren nuestros Sagrados
Corazones con su apatía e indolencia para recibir las gracias y las bendiciones de nuestro Amor Santo y Divino.Por lo tanto, hijos carísimos: iniciad un apostolado de reparación.
Apostolado que se extienda por muchísimos países. Apostolado que al unísono griten: ¡Inmolación. Reparación!
Apostolado que tendrá como fin: reparar por todos los pecados de la humanidad.
Apóstoles que tienen la primacía de menguar nuestro gran dolor, porque el Inmaculado Corazón de mi Madre y mi Sagrado Corazón no son amados en la inmensidad de nuestro amor para con vosotros.
El Apostolado de Reparación adelantará el triunfo del Inmaculado Corazón de María y el Reinado de mi Sagrado Corazón.
El Apostolado de Reparación os abrirá las puertas hacia la Nueva Jerusalén.
El Apostolado de Reparación llevará a cada uno de sus apóstoles a consumirse en un idilio de Amor Santo y Divino.
El Apostolado de Reparación es una urgencia porque mi copa reboza, porque muy pronto llegaré hacia vosotros bajo dos medidas: de misericordia y justicia.
El Apostolado de Reparación os hará como lámparas de Amor Santo y Divino. Lámparas que irradiarán con su luz propia, la oscuridad del mundo; mundo cubierto por las densas tinieblas del pecado.
El Apostolado de Reparación conducirá a sus apóstoles a una vida de santidad porque cada pecado será reparado a través de la oración y del sacrificio.
Hijos amados: cómo no recurrir a la generosidad de vuestros corazones. Cómo no pediros que seáis, vosotros, los pioneros de este gran Apostolado de Reparación.
Atended a uno de los últimos llamamientos que hago a toda la humanidad. No sea que lo posterguéis para el día de mañana, el día que queráis dar cumplimiento a mi petición, se os haga demasiado tarde.
Promoved el Apostolado de Reparación en los lugares donde mi Espíritu Divino os envíe, porque reparando por los pecados del mundo entero: reparáis por vuestros propios pecados y los pecados
de vuestra familia.
Que vuestra vida sea actos sucesivos de reparación al Amor Santo y Divino.
Os amo y os bendigo, apóstoles reparadores de los Sacratísimos Corazones. Amén.
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